Artículo elaborado por Daikin España
Con el paso del tiempo, las calderas instaladas hace unos años se van quedando obsoletas y siendo reemplazas por otro tipo de generadores. En gran parte de las ocasiones, esta sustitución se hace por una bomba de calor aerotérmica aire-agua para poder ofrecer el mismo servicio con un gran ahorro económico. No obstante, antes de sustituir una caldera por una bomba de calor es necesario tener en cuenta los siguientes aspectos:
TIPOS DE INSTALACIONES EXISTENTES CON RADIADORES:
Básicamente se pueden encontrar dos tipos de instalaciones.
- Instalaciones monotubo: En las cuales el agua de retorno del primer radiador es el agua de entrada del segundo radiador. Este tipo de instalaciones suele trabajar a muy alta temperatura para poder dar servicio a todas las estancias.
- Instalaciones bitubo: Los radiadores están conectados en paralelo y reciben el agua de impulsión desde el generador prácticamente a la misma temperatura. Trabajan a menor temperatura que los sistemas monotubo.
Antes de plantear la sustitución directa por la bomba de calor, es necesario conocer la tipología de instalación en la que nos encontramos. La eficiencia y rendimiento de la bomba de calor es altamente dependiente de la temperatura de agua de impulsión. A mayor temperatura, peores resultan ambos valores. Es por ello, que en instalaciones monotubo es necesario plantearse si realmente es plausible este tipo de sustitución.
DIÁMETRO DE LAS TUBERÍAS EXISTENTES
Otro aspecto muy relevante a tener en cuenta es la sección del paso del agua a través de la instalación. Las tuberías existentes son un fuerte condicionante en este aspecto debido a que el funcionamiento de las calderas es muy dispar al de la bomba de calor. La caldera trabaja con saltos térmicos bastante elevados y caudales reducidos. Mientras que el equipo de aerotermia lo hace con caudales elevados y saltos térmicos más moderados.
Para poder transmitir la misma potencia, el equipo de aerotermia deberá mover mucho más caudal y ante una misma sección de paso de tubo, la velocidad del agua será muy superior. Esto puede acarrear dos consecuencias.
- Por un lado, un aumento del ruido en la instalación que puede llegar a ser molesto para el propietario.
- En segundo lugar, un aumento exponencial de la pérdida de carga que puede hacer trabajar a la instalación con unos niveles de caudal inferiores a los nominales para combatir las cargas térmicas que resultarán en una falta de en las condiciones de confort.
Una posible solución si se desconocen las características hidráulicas de la instalación, pasa por utilizar un separador hidráulico y bomba de secundario con el fin de poder trabajar de forma independiente con la bomba de calor y la instalación.